EMILIO AYALA

paul manfred vive en la union en una cueva. es pensionista aleman, pintor, escritor y malvividor en general

2 Responses

Subscribe to comments with RSS.

  1. bridgeonawallalive said, on March 16, 2010 at 3:40 pm

    BOAW. COSNTRUYENDO MIEDOS. EL ASCENSOR.
    Un ascensor. La gente entra y sale. Yo estoy dentro, en medio de todos. Soy un hombre importante. Tengo poder. Visto elegante. Camisa y corbata. Chaqueta y pantalones de pinza también. Pero la gente me rodea, me invade. Están demasiado cerca de mi y eso me incomoda.
    En ese espacio no valen de nada mis influencias.
    Reparo en el centro del ascensor. Una mesa y un pupitre infantiles lo ocupan. Son mis recuerdos de infancia. Encima de ellos hay comida. Y bebida. Tres pollos crudos enteros y una botella de vino.
    Los miro. No se que significan, pero empiezo a sentir ganas irrefrenables de comer y beber. No debo hacerlo. Se que no es bueno para mi. Pienso en salir del ascensor, pero algo invisible me lo impide. Finalmente no puedo aguantar mas. Me siento en el pupitre. La gente no para de entrar y salir. Empiezo a ser consciente de nuevo de donde estoy y de quien soy. Necesito salir, pero no puedo. Permanezco un rato sentado. Miro la comida y comienzo a oír risas y comentarios. No lo soporto. No soporto que se rían de mi, que no me tomen en serio. Soy alguien que ha llegado muy lejos, pero no puede controlar sus instintos mas primarios. Miro a todos los lados. La gente y las burlas se multiplican. Ya no aguanto mas. Empiezo a partir el pollo. Es una necesidad vital, pero debo contenerme, utilizar los buenos modales y la educación. Uso cuchillo y tenedor, pero la carne cruda es difícil de cortar. Oigo mas risas y burlas, comentarios despectivos, pero lo único que consiguen es que me entre mas hambre y mas ansia. Pruebo la carne. Ya no hay vuelta atrás.
    Un bocado tras otro, mi yo se diluye. No se que pensará la gente que entra y sale del ascensor, pero eso ya me da igual. Bebo vino. La carne cruda baja por mi garganta hasta mi fuerte estomago. Cada vez corto mas carne, ya prescindo de cualquier utensilio que no sean mis manos. La gente ríe y chismorrea.
    Reparo en mi vestimenta, en lo que era antes de entrar en el ascensor y en lo que me he convertido. Mi corbata es una soga . Me aprieta. Ya no la necesito. Ni mi camisa y mi chaqueta. He entrado en trance. Me deshago de ellas y sigo comiendo y bebiendo con compulsión. Definitivamente he dejado atrás mi día a día y mi mascara social y ya solo puedo ser un animal. Un niño salvaje.
    Las risas y burlas ya no hacen mella en mi. Mi instinto es mucho mas fuerte que ellas. Devoro y amontono carne y el vino inunda mi garganta. Creo que voy a caer exhausto. El animal me controla.
    Pero algo pasa súbitamente. Las risas incesantes acaban de manera abrupta. La gente de mi alrededor contempla atónita la transformación. Ya nadie entra ni sale. Y yo salgo del trance. He de recuperar mi humanidad. Busco de nuevo mi traje. Creo que es mi ultima oportunidad de salvación. Debo salir del ascensor y sobrevivir a mi mismo. La gente me lo impide. Todos me miran. Recobro la compostura. Atrás quedan los restos. ¿seré capaz de lograr salir de nuevo? Eso nunca lo sabre, porque tal vez ya no quiera salir.
    Emi wilcox

  2. bridgeonawallalive said, on March 18, 2010 at 1:00 am

    /Users/emi/Desktop/sotano.mov


Leave a comment